¿Por qué mi hijo/a debe dormir solo en su cuarto?

Cuando un bebé llega a la familia, toda la atención se centra en los cuidados que debemos darle. Lo protegemos del ruido, del clima y nos cuesta desprendernos de él/ella al momento del sueño, buscamos garantizar que la posición sea la adecuada y a pesar de que lo acomodamos con todos los respaldos no nos sentimos tranquilos, preferimos vigilarlo.

Esa es una de las razones por la que los papás prefieren mantener cerca al bebé a la hora de dormir.

La Asociación Americana de Pediatría (AAP) sugiere que, por cuidado, el bebé duerma en la habitación de los padres hasta los 6 meses, pero NO en su cama. Desde la psicología, las teorías del desarrollo emocional corroboran esta edad y sugieren el traslado a la propia habitación para evitar que cuando se produzca un proceso que se espera a los 7 meses (reconocimiento de las personas desconocidas vs las conocidas), el bebé no muestre resistencia al cambio y de paso a generar un nuevo hábito.

Incluso, la famosa tendencia al colecho indica que hasta los 6 meses es una edad prudente para vincular al bebé a la habitación de los padres.

Y es que para aclarar desde el área de la Psicología; justamente se trata de eso… cuando el niño permanece en la habitación de los padres pasado los 6 meses de edad, se comienza a generar algunos procesos inadecuados para su desarrollo emocional.

En este documento pretendo dar a conocer algunos de los tantos beneficios que tiene el proceso de separación de cuarto. Siempre se debe considerar las particularidades de cada caso sin embargo sugiero revisar las indicaciones y recordar que se puede tratar a través de una cita individual ya que en el análisis se considera la rutina previa de cada niño.

Bebés:

  • Genera un hábito adecuado, el dormir solo usualmente mejora la calidad de sueño del niño y lo ayuda a cumplir una rutina completa.
  • Permite tener un sueño de calidad pues usualmente no tiene acceso a estímulos sonoros como conversaciones o aparatos electrónicos encendidos.
  • Se fomenta una rutina adecuada que se va marcando en el repertorio conductual del bebé.

Niños/as a partir del primer año:

  • Fomenta la independencia, un niño que duerme solo en su cuarto adquiere mayor habilidad de autorregularse al momento de despertarse solo, aprende a llamar para pedir ayuda y cuando crece y adquiere la caminata suele trasladarse con seguridad de un lugar a otro cuando se levanta.
  • Fomenta el autoestima y autoconfianza, un niño que se ha independizado de la habitación de los padres, se siente seguro y confía en sí mismo, siente que este es un logro importante en su vida.
  • Genera pertenencia a su propio espacio. Es común escuchar a los niños referirse como “su cuarto” a la habitación de los papás, y consideran su cuarto como un espacio de juego o simplemente un espacio de almacenamiento. El tener su propia habitación desde temprana edad hace que el niño crezca sabiendo que ese es su lugar, debe respetarlo, cuidarlo y se convertirá en su refugio cuando necesite usarlo para el juego o para el estudio en un futuro.
  • No se puede dejar de lado también el hecho de que la habitación de los bebés/niños suele ser un espacio con mucha decoración fascinante, esto genera estimulación sensorial (siempre se debe medir la cantidad de estímulos).
  • Propicia un hábito de orden, esto se puede ir dando de manera paulatina con la ayuda de los padres para que el pequeño aprenda el lugar de cada cosa.

Estas son razones suficientes para que los padres analicemos la situación y tomemos la decisión, como se mencionó, lo mejor es tratar cada caso de manera individual pues las particularidades de cada caso nos invitan a analizar a cada niño, su rutina y pensar el mejor procedimiento a seguir pues siempre deberá estar anclado un adecuado cuidado de la estabilidad emocional del niño y sus padres.

Tía Lore

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