Queridos papitos, es para mí un placer poder compartir con Ustedes algunas ideas sobre cómo trabajar procesos importantes para el desarrollo psicológico y emocional de sus pequeños, en esta ocasión el tema de ANSIEDAD. Por favor recuerde que lo descrito en este documento son recomendaciones sujetas a su análisis.
Recuerde también que no todas las técnicas son aplicables a todos los niños, hay que considerar factores como la edad, el contexto familiar, experiencias previas entre otros que con mucho gusto podemos solventar en una reunión individual en caso de que así lo crea necesario.
Mst. Lorena Cañizares J.
Psicóloga Clínica
Las circunstancias actuales me llevan a seguir aportando con algunas ideas que pueden ser útiles en estos momentos para el trabajo con los pequeñitos en casa.
Probablemente, al inicio de esta cuarentena, la actitud y respuesta de los pequeños debió ser de emoción y sorpresa pues estar frente a una situación completamente atípica moviliza emociones pero también pensamientos. Por un lado, los adultos nos introducimos a un espacio cognitivo de preparación y planeación, mientras que los pequeños entran a un espacio de emoción frente a la realidad de estar con sus padres todo el tiempo y vivir actividades diferentes.
Sin embargo, con el pasar de los días es posible que Usted haya notado cambios en las conductas de su hijo (a), quizá el cansancio, el aburrimiento, la monotonía, ya comienza a hacer efecto y los pequeños comienzan a dar respuestas diferentes que pueden llamar nuestra atención.
Por lo expuesto, me permito hacer un cuadro de algunas de las posibles respuestas que su hijo puede presentar frente a la ansiedad y las acciones sugeridas. Vale la pena recordar que lo que se presenta no es una regla y las acciones quedan sujetas al análisis de cada caso en particular.
| RESPUESTA ANSIÓGENA | SUGERENCIA DE ACCIÓN |
Irritabilidad, malestar en general, el niño evidencia conductas agresivas e impulsivas hacia las personas u objetos. |
Los adultos deben mantener el control, no pueden ponerse al nivel del niño e irritarse también. Sugiero que lo abracen y le consulten qué es lo que sucede, a diferencia de un berrinche, una respuesta conductual de este tipo se debe a la impotencia y al cansancio, no se justifica, pero debe ser entendida. Hablarle con amor logrará que se tranquilice.
Los padres debemos ser el mejor ejemplo de manejo de esta situación.
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Alteración en los horarios de sueño, alimentación y otras rutinas. |
Sugiero intentar no romper rutinas establecidas, recordemos que no es un tiempo de vacaciones. Los pequeños deberían cumplir horas de sueño, alimentación e incluso sin ser estrictos, en la hora de levantarse, no podemos desestimar la posibilidad de que pronto podamos o debamos retornar a actividades laborales y cambiar horarios de un día para otro será complicado.
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Retroceso en procesos ya adquiridos: control de esfínteres, alimentación, biberón, entre otros. |
Recordemos que un retroceso siempre tiene una causa. El retroceso tiene un pico de intensidad y lo bueno de llegar a éste es que lo único que va a pasar después es regresar a la normalidad. No altere las rutinas como lo sugiero en el cuadro anterior, no sea permisivo o pasivo ante cambios de este tipo. Ser permisivos en esta situación puede llegar a causar efectos que luego necesitarán ser trabajados. Evite dejar que el niño duerma en el cuarto de los padres si ya dormía en su habitación; evite darle de comer en la boquita si ya sabía hacerlo solo, evite permitir que duerma hasta altas horas de la mañana cuando en su rutina regular debía levantarse temprano.
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| Manifestaciones explícitas de ansiedad como por ejemplo miedos, apego extremo a las figuras que lo acompañan, disminución en la producción de acciones o del habla.
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Ante la aparición de este tipo de conductas lo que recomiendo es ser muy afectivo, converse con el niño y explique las situaciones, no recrimine, recuerde que su hijo (a) está viviendo una situación sui géneris y carece de capacidad de decisión. Esto será pasajero, pero debe ser apoyado y la mejor estrategia es el afecto explícito.
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Llanto fácil no por molestia sino por temor |
Pensemos que a pesar de que son niños pequeños, el estar escuchando de los adultos las novedades sobre el virus y a esto sumemos el tono de voz de preocupación, escuchar las conversaciones con familiares y la tristeza de no poder estar juntos, etc. moviliza también las emociones del niño y si bien ellos no comprenden exactamente la realidad que vivimos, sienten nuestro malestar.
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| Resistencia a salir de un espacio interior o resistencia a que alguien de su casa lo haga.
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Al estar constantemente escuchando recomendaciones de cuidado, restricción en las actividades, esto acompañado probablemente de tonos de voz que denotan angustia y preocupación, no sería raro que el niño no quiera salir al patio de su casa o a la puerta y sería normal que se angustie y se resista a que alguien salga. Aquí, lo importante es la calma del adulto y si deben salir de casa por alguna razón, el adulto que se queda debe transmitir tranquilidad ante el niño, propiciar espacio de juego (si cabe el término) diciendo cosas como por ejemplo…vamos a poner unos guantes y máscara mágica para que papá salga, ahora pongamos el líquido de poder (alcohol)…te llamaremos para que nos muestres que sigues vestido como super héroe…es decir verbalizaciones que transmitan seguridad y tranquilidad.
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Lo contrario, querer salir y protestar por no poder hacerlo.
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Forzarle a entender que no puede hacerlo no es la opción, hay estrategias como el cuento, el dibujo o una historia con los propios muñecos del niño para hacer que comprenda que quedarse en casa es bueno, sea creativo, pinte, utiliza colores llamativos y agradables, busque los muñecos preferidos del pequeño para hacer esta explicación.
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Resistencia a establecer contacto (virtual) con familiares. |
Actualmente la mayoría de las familias nos estamos contactando mediante zoom, por video llamada u otros recursos tecnológicos. Por la edad de los niños (etapa preescolar) los periodos de atención ante eventos que no son lúdicos es muy limitado, por lo tanto lo más probable es que no quieran vincularse a llamadas largas o videos. No insista, permita que salude y se despida y si por iniciativa del niño quiere mantenerse en la conexión pues déjelo, caso contrario no lo obligue.
Para suplir esta acción puede motivar al niño a que grabe videos cortos con saludos y remita a los familiares.
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| Apego a rutinas que pueden ser inapropiadas si no se las controla, televisión, videojuegos, celular, etc.
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El uso de la tecnología puede ser un aliado en estas circunstancias, sin embargo, debemos recordar que en la edad preescolar se considera dos aspectos: a) El tiempo máximo de permanencia de acuerdo a las edades es de 90 minutos fragmentados (mañana, tarde y noche), b) es muy fácil que se genere una dependencia de estos insumos. En un artículo anterior recomendé la elaboración de un cronograma de actividades, puede incluir estos elementos en espacios puntuales del calendario.
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Resistencia a cumplir con tareas que las maestras envían. |
Las rutinas que los niños llevan en el Centro infantil implican una serie de técnicas para ganar primero la atención y luego la vinculación a las actividades. Las tareas que las tías están enviando son muy necesarias para continuar el proceso de desarrollo de los pequeños, dejar que el niño decida cuándo hacerlas no es una buena opción, lo ideal es que tenga un horario (cronograma) y que concluya la actividad para pasar a otra. La resistencia a cumplir con esta obligación es normal pero los padres son la fuente de motivación para que las haga.
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Si el niño observa que sus padres aprovechan este
tiempo, si observa que están tranquilos y lo disfrutan,
si contagiamos emociones positivas,
el niño responderá de la misma manera.