Los niños deben disfrutar a través del juego, la recreación, el compartir con sus pares y aprovechar al máximo la hermosa etapa de la infancia pues con el pasar del tiempo las responsabilidades se incrementarán y su dinámica conductual deberá ajustarse a eso. Sin embargo, a pesar de lo pequeño que puede ser un niño, desde mediados de la primera infancia está en la capacidad de comprender algunas tareas encaminadas al cumplimiento de objetivos, metas, propósitos y ejecutarlas, por esa razón, describo algunos tips que los padres podríamos poner en práctica para que nuestros hijos desde pequeños tengan una visión de prosperidad:
- Trabajar en las bases del desarrollo psicológico y emocional del niño: Automotivación, autoestima, autonomía, autoprogramación positiva del pensamiento.
- Enseñar a su hijo a ponerse metas, estas deben ser a corto plazo para que comprenda en qué consiste este planteamiento, por ejemplo… nuestra meta hoy es llegar a casa temprano para hacer unas galletas.
- Enséñele el valor del dinero y el ahorro, pueden hacer una alcancía y escribir o dibujar en ella la meta a la cual será destinado ese dinero.
- Enséñele la satisfacción de dar sin esperar recibir nada a cambio, esto fomentará además la empatía.
- Enseñe la importancia de hacer bien las cosas, no dejarlas a medias o hacerlas mal y al apuro, explique las consecuencias…”el perezoso trabaja dos veces”
- Enseñarle que las cosas se ganan no se regalan, hay ocasiones especiales como el cumpleaños o navidad en donde un regalo es correcto, pero en el diario vivir el niño no debería recibir regalos derivados de un capricho.
- Verbalice constantemente frases motivadoras: eres un campeón, estoy orgulloso de ti, lo lograste, eres único, etc.
- Haga que el niño empiece su día recibiendo información positiva: Hoy será un gran día, que tengas un maravilloso día, que hermoso día tenemos hoy, etc.
- Al terminar el día ciérrelo con frases positivas: Me encantó compartir contigo, hoy hiciste mi día más feliz, etc.
- Pregúntele qué quiere ser de grande, haga proyectos que permitan que el niño evidencie lo que “ha escogido” (es altamente probable que luego cambie de opinión), involúcrese en éstos y juntos analicen lo que hicieron.
- Juegue mucho con su hijo, den rienda suelta a la imaginación, diviértanse y rían mucho, esto alimenta la autoestima, base de la prosperidad.
- Cuando se equivoque no lo reproche, anímelo a repetir y enséñele a analizar en donde estuvo el error.
- Enséñele al niño a disfrutar y divertirse con lo que hace, que aprenda a ver siempre lo positivo.
- Todo esto enmarcado en los pilares motivacionales: amor, salud, buena alimentación, hogar estable y cálido, comunicación efectiva y afectiva; puede ser la garantía de la prosperidad de su hijo.
Mst. Ma. Lorena Cañizares Jarrín
PSICÓLOGA CLÍNICA